En el mágico mundo de la administración pública deportiva de Chilpancingo, el director Gabriel Morlet Maciel parece haber sido coronado sin corona, ni mérito, ni preparación.
Un personaje que, según rumores, ha hecho más reverencias que logros, y cuya gestión podría ser el guión perfecto para una tragicomedia.
Dicen que el señor Morlet, con su angelical sonrisa, ha buscado apoyo en la Secretaría de Desarrollo Social y Bienestar, donde lo tienen en un pedestal. Pero, ¿qué ha hecho para merecerlo? Ni campeonatos, ni entrenamientos, ni metodologías. Su currículum es un misterio tan grande como su llegada al puesto.
¿Preparación académica? Desconocida. ¿Experiencia? Nula. ¿Resultados? Inexistentes.
Rodeado de un séquito de «asesores» que viven de glorias pasadas o de títulos dudosos, la dirección deportiva parece más un club de amigos que una institución seria.
Algunos de estos «entrenadores» ni siquiera han ganado un torneo clasificatorio, pero ahí están, ocupando espacios y prometiendo plazas como si fueran dulces.
El maestro Freddy Castro uno de sus asesores y paleros de Morlet, en el Cendi donde él dizque trabaja ya lo tiene vigilado y registrado por contraloría de la misma escuela por sus continuas faltas para poder presentarse en el ayuntamiento donde hace un tiempo él cobraba doble, en la SEP y el Ayuntamiento, para ello ponía a un maestro para que cubriera su tiempo en el Cendy y solo le daba una minima parte de su sueldo.
A la par también hasta hace poco cobraba como empleado del INDEG, igual que Gabriel Morlet, ambos con la anuencia y complicidad de Alma Rocío López Bello, directora de esa dependencia
El propio Morlet asegura tener el respaldo del gremio deportivo y del presidente municipal, y se ha mofado de los trabajadores de la Direccion de Deportes diciéndoles «Yo continuaré y seré el Director del Instituto Municipal del Deporte».
Anda insistente con la Secretaria de Bienestar Social solicitándole su apoyo para que se quede al frente del nuevo Instituto, pues dice tener la cualidades para desempeñar el puesto, aunque la realidad sea totalmente diferente.
Un dato curioso y que pone de manifiesto la incompetencia de Gabriel Morlet, es que el Ayuntamiento tiene que andar mendigando espacios deportivos para realizar sus eventos, caso concreto el Torneo de futbol Copa LGBTTTIAQ+, que está organizando la dirección de Diversidad Sexual del Ayuntamiento y que se desarrollará en las canchas de la UAGro.
El Ayuntamiento tiene la titularidad de la Unidad Deportiva Hermanos Galeana que por muchos años la manejan y explotan gente ajena al Ayunramiento sin que tengan que rendir cuentas de los ingresos.
La pregunta es por que Morlet no realizó su trabajo de gestión para desarrollar este torneo en esa Unidad Deportiva? Hay dos lecturas en este caso, incompetencia o complicidad con quien administra a su libre arbitrio esa complejo deportivo.
En la administración pasada ya se había logrado que los ingresos por la renta de las instalaciones deportivas llegarán a las áreas del Ayuntamiento, había un administrador oficial, y con la ineptitud de Gabriel Morlet se dio un grave retroceso en este tema.
Morlet ha demostrado que su interés es personal y no de coadyuvar al desarrollo del deporte de Chilpancingo, y ha desaprovechado la gran oportunidad de demostrar su capacidad, al contrario se mareo con el puesto, se siente y lejos de hacer su chamba se ha peleado con los trabajadores a quien amenaza con ponerlos a disposición o cesarlos si no le aplauden sus necedades.
Como puede tapar la falta de resultados? Mientras tanto, la dirección sigue acéfala, con un zapato demasiado grande para quien lo intenta calzar.
En resumen, la dirección deportiva de Chilpancingo es un reflejo de lo que pasa cuando la incompetencia se disfraza de liderazgo. Un cuento de hadas que, lamentablemente, termina en pesadilla para el deporte local.
Publicar comentario